Cómo definir la cantidad de horas trabajadas 🥇

Siempre nos habían dicho que las horas más productivas son en la mañana y que una jornada de trabajo es de 8 de la mañana a 6 de la noche, que antes de eso es muy temprano y que luego de eso no es momento de trabajar y sí de estar con la familia. Pero, ¿quién definió esta cantidad de tiempo y estos horarios? 

Antes el hombre trabajaba todo el día para buscar comida y sobrevivir, no había más razón de ser que comer y dormir, por lo que a eso se limitaban los días, de domingo a domingo. Luego comenzaron las empresas, que empezaron a definir jornadas laborales de 10 horas y mientras había sol para disminuir costos de electricidad y porque la noche era apenas para descansar. Avanzando en el tiempo, comenzó el entretenimiento, los medios de comunicación, la música y la televisión, y con todo esto una vida que también se dedicaba al ocio. Igualmente los defensores de los derechos humanos obligaron a las empresas y gobiernos a reducir la jornada a las 8 horas que se ha mantenido por casi 100 años. 

En la actualidad se han hecho varios estudios de productividad y nosotros mismos sabemos que no tenemos la capacidad de estar 8 horas seguidas concentrados en lo mismo ni producir los mismos resultados, ¿entonces por qué se mantiene la misma jornada laboral? La verdad es que no hay una respuesta clara, pero me atrevo a decir que la principal es porque los empleadores quieren tener a sus empleados ahí disponibles porque para eso están pagando. Y es cierto, pero a menos que una persona deba estar disponible por si llega un cliente, como en una tienda o supermercado, esto no aplica en una oficina donde hay tareas asignadas, donde hay tiempos de entrega y no todo es inmediato. 

“No tenemos la capacidad de estar 8 horas seguidas concentrados en lo mismo”

Y por otro lado, un empleado que sabe que debe estar hasta las 5 pm en el mismo lugar, no tiene ningún afán de hacer cosas rápido, esto fomenta la pereza y la ley de Parkinson, que dice que el trabajo se extiende por el tiempo que tenemos disponible. Como empleados y como empleadores no podemos caer en esto, no debemos dejar pasar las horas sin hacer nada hasta que la adrenalina de quedarnos sin tiempo nos haga movernos, lo cual pasa una vez al día, si mucho. 

Trabajar sobre objetivos en vez de tiempo es una buena estrategia, pero no es tan fácil de aplicar. ¿Cómo motiva a un conductor que tiene que cumplir ciertos horarios siempre o un ayudante de cocina que debe estar hasta que la cocina cierre, cada día a diferentes horas? Si bien hay diferentes métodos y podemos incluso pensar en que se haga más rápido el trabajo, comprometer la calidad del resultado final es algo que no se puede poner en discusión. 

Otro de las formas que existen es el pago por horas, algo poco popular en nuestra región por la poca estabilidad que brinda a los empleados. Aquí también volvemos a pensar en que un empleado puede demorar más en hacer lo que se necesita buscando el beneficio económico, cosa más habitual en personas que no tienen aspiraciones en la vida o que no se consideran a la altura de hacer algo mejor, incluso fuera de su trabajo, como con la familia, amigos o su comunidad. 

Hoy en día las empresas se están interesando más por la salud mental de sus trabajadores, así como están invirtiendo más en los llamados salarios intangibles, los cuales están representados en diferentes tipos de beneficios para que las personas puedan desconectarse de su trabajo, aprendan, estén más saludables, al igual que sus familias, lo que al final se traduce en mejores resultados y mayor concentración durante la jornada laboral.

Una distinción aún más importante es la que hay entre hombres y mujeres. Se cree que las personas que están más tiempo en la oficina son más productivas, así como que las personas que están en casa no pueden demostrar totalmente que sí están cumpliendo con todas sus tareas, lo cual en un mundo tan digitalizado es algo absurdo. Esto pone a las mujeres en una posición de desventaja, ya que teniendo a los hijos en casa por la falta de colegios, y con todas las actividades que hay que hacer con hijos en casa desde cocinar hasta estudiar, pasando por la recreación, hace que los jefes tengan una percepción negativa de sus trabajos, lo que al final se va a traducir en menos oportunidades de crecimiento profesional.

No estar 8 horas seguidas frente a una pantalla no indica que no se vaya a trabajar, ya que la flexibilidad que nos permita estar en la casa es que la jornada se puede extender un poco después de que los hijos se duerman, o tener una pausa al mediodía para todas las labores de la casa, que luego se puede compensar con un tiempo luego de la “salida”, y en el peor de los casos, trabajar un sábado una jornada adicional para cumplir con lo que se deba entregar.

Aquí quiero hacer un llamado a todos los empleadores a ser más flexibles con sus empleados, ya que el trabajo en casa ha hecho difícil separar los momentos de ocio con los de trabajo, las relaciones presenciales con las virtuales y la tensión que puede provocar el trabajo no termina cuando se sale de la oficina. Y a los empleadores a hablar más y negociar los tiempos de trabajo, no es trabajar menos, es trabajar en diferentes horarios que se puedan acomodar a las necesidades del trabajo y de la casa.

Hay una cantidad de horas semanales que acepta la ley en Colombia, pero esto son horas máximas, no quiere decir que debamos forzar a cumplirlas, porque como bien se ha demostrado, trabajar más horas no es hacer más.

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